Paso 1: Módulo introductorio Sanando La Infancia

La psicóloga que encontró una nueva mirada para sí misma y sus pacientes Llevo años acompañando a personas en su proceso terapéutico, pero nunca imaginé cuánto me faltaba por comprender de mí misma. Este curso no solo me ayudó a ver mis propias heridas con más claridad y compasión, sino que también transformó la manera en que trabajo con mis pacientes. Ahora entiendo que detrás de muchos bloqueos emocionales hay un niño interior esperando ser escuchado. Gracias a esta formación, puedo acompañar con más empatía y profundidad. Un antes y un después en mi camino profesional y personal.

Un profesor que ahora se entiende mejor… y también a sus alumnosSiempre supe que la infancia marca nuestra forma de ser, pero nunca había profundizado tanto en ello hasta este curso. No solo me permitió comprender mejor mis propias emociones y comportamientos, sino que me ayudó a mirar a mis alumnos con otros ojos. Ahora veo más allá de sus conductas y entiendo que muchas veces sus reacciones son reflejo de heridas no sanadas. He aprendido a ser más paciente, a validar sus emociones y a brindarles el apoyo que quizás nunca recibieron. Este curso me cambió como persona y como educador.

Una madre que aprendió a dar lo que nunca recibióSiempre quise ser una madre presente y amorosa, pero muchas veces me sentía frustrada sin entender por qué reaccionaba de ciertas maneras con mis hijos. Este curso me ayudó a conectar con mi propio niño interior y me hizo darme cuenta de que había heridas que seguían abiertas. Entendí que no podía dar lo que nunca recibí… pero que sí podía aprender a hacerlo. Hoy me siento más segura, más conectada con mis hijos y con la certeza de que estoy criando desde el amor y no desde el miedo.

Una abuela que pudo darle a su nieta adoptada lo que ella nunca tuvo Cuando mi nieta llegó a nuestras vidas, supe que tenía una gran responsabilidad. Venía con su propia historia, con heridas que yo no sabía cómo sanar. Este curso me ayudó a comprender que, más allá de darle amor, debía ayudarla a sentirse vista y validada. También me hizo mirar mi propia infancia y reconocer cuánto me faltó a mí cuando era niña. Gracias a esta experiencia, hoy puedo sostenerla desde un lugar más consciente, acompañándola sin juicios, con el amor y la paciencia que ambos necesitamos.